martes, 7 de abril de 2009

90 años de mi abuelo Enrique Esquivel Vargas


Toda la familia esta reunida para celebrar el 90 cumpleaños de mi abuelo. Se respira alegría en el ambiente. 90 años que fácil es decirlo.

90 años… y sigue al lado del amor de su vida, mi abuelita Inés…Mamina. Es motivo suficiente para olvidar por un rato los dolores que le causa la edad, pues 90 años no los cumple todo el mundo, y menos en estas condiciones rodeado de amor por todos lados.

Gran parte de su vida, casi toda, desde que era prácticamente un niño fue madurando y haciéndose hombre de bien, dedicado al trabajo por sendas polvorientas, abriendo surcos y caminos para las nuevas generaciones. Hoy miles de historias nos puede contar y todo lo que habrá recorrido por las tierras y regiones de la patria, lo que le tocó vivir, experiencias inimaginables que tuvo que afrontar, para poder llegar a casa a calmar el hambre y las ilusiones de su creciente familia y cuantas otras despertar lejos y acongojado invocando a Dios, a su Virgen Santísima clamando auxilio y cuidado y vaya que recibió la bendición divina, por eso lo tenemos aquí, por ello no ha descuidado año a año de una u otra manera, cumplir sus romerías ante quienes cuidaron de el desde el cielo. En verdad cuantas historias y con que lucidez las cuenta, dejando que relajemos el cuerpo y viajemos en el tiempo.

Al lado de un gran hombre, siempre existe una gran mujer y por ello Papa Enrique y Mamina, caminaron de la mano superando oscuras tardes, auxiliándose y poniendo el hombro mutuamente, por ello el camino recorrido burlaron la soledad, gracias en verdad, pues vuestra vida es testimonio de amor humano, que invita a seguir sus pasos. Ustedes son la base de nuestras historias, pequeñas o grandes, tristes o alegres, siempre supieron estar allí junto a nosotros para rubricar con su amor y experiencia la solución de mil y un problemas, porque el mérito no está solo en cumplir muchos años, sino en haberlos vivido a cabalidad.

90 años…si, pero lo que mas enciende el alma es que hoy celebramos que sus pasos no se han detenido, su corazón y sus ojos siguen disfrutando de las recompensas de la vida, su piel arrugada, su blanca cabellera no son sino el orgullo de saberlo nuestro, luego de haber pasado por todas las etapas de la vida cumpliendo a cabalidad, pues fue buen hijo, buen esposo, buen padre, buen abuelo, bisabuelo y que sus raíces madera y estirpe son de aquellas que envidiablemente no necesitan de autoalabanzas, para determinar su grandeza.

Por ello, en ésta noche, sus nietos queremos también hacernos presentes para reconocer a un heroico ser humano, a un hombre forjado día a día con templanza de fe y esperanza y decirle que nos sentimos privilegiados de ser producto de sus entrañas, ser sangre de su sangre y que desde cada una de las posiciones que nos ha ubicado la vida, no hacemos sino día a día honrar su nombre y su vida, siguiendo su ejemplo de vida.

ENRIQUE ESQUIVEL VARGAS, querido abuelito, gracias por estar aquí y permitirnos en vida poder decirte y hacerte sentir cuanto valen para nosotros y cuanto te amamos, aunque sea muy poco lo que damos ante todo lo por ti ofrendado.

FELIZ DIA, FELIZ CUMPLEAÑOS, PAPA ENRIQUE.

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