Ha sido muy triste llegar a decir adiós a un ser humano que ha marcado el camino de nuestras vidas, a quien sin querer protagonizar rimbombantes alegorías en su vida, nos dejó una huella imborrable de humildad, voluntad, don de gente, mixtura de sapiencia, amor y fé.
Cuantas fueron las nuestras mañanas que con sonrisa a flor de piel, el Hermano Vaca, en el portal de nuestro plantel nos esperaba para saludar con todos al ingreso, para alegrar el día con palabras francas y bromas finas, para apresurarnos, para corregirnos; pero sobre todo para hacernos sentir que La Salle, siempre sería nuestra casa.
Los pasillos fueron su escenario de cultura y corrección, su oficina el rectorado el refugio de la ciencia, del trabajo y su misión.
En el aula, con prestancia ofrendó su capacidad, su calidad docente clara y transparente, muchas veces rompió esquemas: lo formal no siempre es bueno, que aprendan todos siempre sería lo lógico.
Socorrista de corazones golpeados, apoyo en mil y un problemas, inspirador de fortaleza y lucha, en ti siempre encontramos el aplauso a la labor cumplida y la sanción al desdén y el ocio.
Cuantos acunan sus virtudes y anécdotas personales, cuantos recuerdan mil vivencias de estudiante, cuantos hoy nos inclinamos ante su tumba, para decirle que siempre estará en nuestros corazones, porque fue quien muchas veces impulso su latidos, quien nos formó, inspiro nuestra fe, nuestra esperanza y sobre todo siempre confió en nosotros.
Adiós querido Hermano Vaca, uno de los regalos del cielo fue para nosotros haber podido estar en el trayecto de su grandiosa vida, habernos beneficiado y disfrutado de sus dones y virtudes, pero sobre todo de haber encontrado en Usted un verdadero MAESTRO y un verdadero AMIGO.
DESDE AZOGUES, en donde fue parte de nuestra historia......GRACIAS.
"Gratitud es nuestro lema que ostentamos con honor …..
y que defiende el Lasallista con ardor.”
Cuantas fueron las nuestras mañanas que con sonrisa a flor de piel, el Hermano Vaca, en el portal de nuestro plantel nos esperaba para saludar con todos al ingreso, para alegrar el día con palabras francas y bromas finas, para apresurarnos, para corregirnos; pero sobre todo para hacernos sentir que La Salle, siempre sería nuestra casa.
Los pasillos fueron su escenario de cultura y corrección, su oficina el rectorado el refugio de la ciencia, del trabajo y su misión.
En el aula, con prestancia ofrendó su capacidad, su calidad docente clara y transparente, muchas veces rompió esquemas: lo formal no siempre es bueno, que aprendan todos siempre sería lo lógico.
Socorrista de corazones golpeados, apoyo en mil y un problemas, inspirador de fortaleza y lucha, en ti siempre encontramos el aplauso a la labor cumplida y la sanción al desdén y el ocio.
Cuantos acunan sus virtudes y anécdotas personales, cuantos recuerdan mil vivencias de estudiante, cuantos hoy nos inclinamos ante su tumba, para decirle que siempre estará en nuestros corazones, porque fue quien muchas veces impulso su latidos, quien nos formó, inspiro nuestra fe, nuestra esperanza y sobre todo siempre confió en nosotros.
Adiós querido Hermano Vaca, uno de los regalos del cielo fue para nosotros haber podido estar en el trayecto de su grandiosa vida, habernos beneficiado y disfrutado de sus dones y virtudes, pero sobre todo de haber encontrado en Usted un verdadero MAESTRO y un verdadero AMIGO.
DESDE AZOGUES, en donde fue parte de nuestra historia......GRACIAS.
"Gratitud es nuestro lema que ostentamos con honor …..
y que defiende el Lasallista con ardor.”
TODOS LOS POR MAYORES Y POR MENORES DEL INTERPROMOCIONES HNO. JULIO VACA NARANJO
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