viernes, 16 de octubre de 2009

DISCURSO ABANDERADO 2009-2010. CARLOS ANDRES CABRERA PESANTEZ


DISTINGUIDAS AUTORIDADES DEL PLANTEL, INVITADOS ESPECIALES, RESPETADAS MAESTRAS Y MAESTROS, COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS ESTUDIANTES, QUERIDOS FAMILIARES, PRESENTES TODOS.

Séame permitido tomar la palabra, para hacer presente este sentimiento de felicidad y emoción que siento, inicio levantando mis ojos al cielo agradeciendo a Dios y la Virgen Santísima por todo cuanto me ha regalado, por mantener viva siempre la fe inculcada en mi hogar y cimentada bajo las enseñanzas católicas lasallistas.

Al levantar con orgullo y humildad entre mis manos la bandera de mi Patria, debo confesar mi gratitud a todas las personas que han sido protagonistas en mi corta vida y que han hecho posible este logro.

Pues, desde aquel día en que por primera vez atravesé el umbral de esa puerta, con mis inquietudes, temores, mis lápices y mi uniforme, empecé a amar todo cuanto este plantel encerraba. Por ello mil gracias a esta mi bella Institución, “La Salle”, escudo de esperanza y orgullo que llevo y llevaré por siempre impregnado en mi corazón.

A mis maestras y maestros lasallistas que con impresionante ternura me enseñaron mi primer vocablo, mis primeras líneas hechas a mano, que con paciencia me entregaron el mundo y enrumbaron mi camino. Gracias, por moldear mi espíritu al hacerme comprender que el sacrifico y el deber son las mejores armas para alcanzar las metas, por su impresionante amor y sacrificio renovados a diario, por entregarse de lleno a los niños, porque inspiraron mi inocencia y caminaron junto a mí entregándome parte de su ser, Ustedes estarán conmigo, aquí dentro en cada logro, pues sus enseñanzas más allá del conocimiento, forjaron a un ser humano, bajo su ejemplo de vida.

Con el permiso de los presentes, quiero entregar esta distinción a mi Mamita Faby, que con la bendición divina del cielo acompaña cada día mis sueños, silenciosa obrera que confía siempre en mí y porque sus manos están abiertas en todo momento para darme refugio, gracias por amarme y recordármelo cada mañana, tu sabes que este es mi regalo a tanto amor.

A mi Padre, mi amigo, mi escudo ante el mundo, impulsor de mis sueños, porque él es mi fortaleza y ejemplo.

A mis hermanos, cómplices de mis alegrías, compañeros de vida, alentadores de mis logros, gracias por estar siempre junto a mi.

También a mis abuelitos y familiares, por sus pacientes y sutiles consejos y por envolver mi vida de cariño y amor.

Gracias especiales también, a todos mis compañeros y amigos, pues entre gritos, juegos, estudio y disciplina, forjamos momentos inolvidables que los llevaré por siempre.

Que el fervor cívico de esta fecha, nos recuerde y avive el amor a los símbolos patrios, la preservación de nuestro entorno y respeto a nuestra cultura. Que entendamos hoy y las generaciones futuras que este estandarte tricolor con sus colores representa nuestra raza, nuestra historia, nuestra nación, nuestra familia y que debemos comprometer nuestros esfuerzos desde cualquier lugar o función, para alcanzar las transformaciones sociales anheladas y así construir un Ecuador en donde reine la paz y la justicia como escencia de la Soberanía Nacional.

De mi parte como abanderado, al tomar entre mis manos el Tricolor Nacional, comprometo mi esfuerzo personal para dignificar con mis actuaciones este nombramiento y esforzarme día a día para dejar siempre en alto el nombre de La Salle, estrella de saber, ejemplo y Virtud.

Viva La Patria, Viva el Ecuador.. Señoras Señores

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